Viviras una experiencia culinaria única, donde puedes encontrar desde ideas para menús semanales económicos y saludables, hasta investigar entre las cientos de recetas para aprender su elaboración. A mi es que personalmente cocinar me encanta.
Ingredientes:
Tomate, lechuga, cebolla, etc.
Ingredientes:
Arroz, langostinos, pulpo, etc.
Otros:
Melón, manzana, piña, etc.
Ingredientes:
Ensaladilla rusa y embutidos.
Ingredientes:
Espaguetis, nata, bacón, etc.
Otros:
Frutas variadas y helados.
Ingredientes:
Calabacín, patata, caldo de verduras, etc.
Ingredientes:
Carne picada de cerdo y ternera.
Otros:
Frutas variadas y helados.
Ingredientes:
Fideos, caldo de pollo, sal, etc.
Ingredientes:
Lentejas, chorizo, verduras, etc.
Otros:
Frutas variadas y helados.
Ingredientes:
Calabacín, berenjena, pimientos, etc.
Ingredientes:
Pollo con patatas y verduras asadas.
Otros:
Otras frutas frescas y postres caseros.
Ingredientes:
Berenjenas rellenas de carne picada con bechamel.
Ingredientes:
Estofado de ternera con patatas y otras verduras.
Otros:
Otras frutas frescas y postres caseros.
Ingredientes:
Huevos, perejil, champiñones...
Ingredientes:
Merluza, patatas, verduras...
Otros:
Frutas variadas de temporada.
Requieren reserva previa
Cocido madrileño.
Cocido al estilo madrileño, con distintas carnes y verduras, y por supuesto el garbanzo.
12.50€Patatas a la riojana
Guiso de patatas al estilo riojano, con chorizo y pimiento choricero.
9.50€Cochinillo al horno
Exquisito cochinillo al horno, con patatas panadera y tomatitos cherry.
10€Las berenjenas deben comerse siempre cocinadas, nunca crudas, es un producto culinario muy apreciado por diferentes culturas. Muchas naciones tienen un plato típico elaborado a partir de berenjena. En España, los andaluces y manchegos tienen la alboroña, los catalanes tienen la samfaina, la escalivada o el espencat donde la berenjena se acompaña del pimiento, los italianos tienen la caponata, la parmigiana (uno de los platos más famoso con la musaca griega), gli scapici (conserva en aceite típica del sur de Italia), los griegos tienen la musaca, los turcos tienen el karniyarik y los árabes el baba ganush. Hoy nos ocupamos de las berenjenas rellenas.
Berenjenas rellenas de carne de cerdo con bechamel.
500 g. de carne picada de cerdo, 4 berenjenas grandes, 2 cebollas, 2 zanahorias, 2 dientes de ajo grandes, 160 g. de jamón serrano en virutas, 150 ml. de nata liquida, 150 g. de queso rallado para gratinar, 2 cucharadas de harina de trigo y 1 pizca de nuez moscada
Preparación del relleno:
1. Picar bastante pequeño, las cebollas, los dientes de ajo y las zanahorias, lo ponemos a pochar en una sartén grande y honda con un chorro generoso de aceite de oliva. Sofreír todo durante 15 minutos hasta que reduzca líquido y se pochen todos los ingredientes. Debe de quedar la cebolla y el ajo con un tono dorado y que la zanahoria esté bien tierna.
2. Salpimentamos la carne picada de cerdo y la mezclamos con las tiras de jamón.
Cuando el sofrito esté listo añadimos la carne y el jamón. Rehogamos a fuego bajo, con el resto de ingredientes durante 7 minutos hasta que reduzca. Cuando la carne coja un tono marrón, le añadimos las dos cucharadas colmadas de harina y la nata líquida.
3. Removemos hasta que los ingredientes queden bien ligados. Añadimos una pizca de nuez moscada. Mezclamos y, si os gusta que la carne quede con algo más de salsa., podeís añadir un poco más de nata líquida (2 o 3 cucharadas o 50 ml), hasta que la bechamel ligue con la carne picada a vuestro gusto.
Consejo: Si te pasas de nata, pon una cucharada más de harina. Rectificamos el punto de sal y reservamos.
Preparación de las berenjenas:
1. Lavamos las berenjenas, las quitamos el rabo y las abrimos al centro. Para quitarles un poco el amargor llenamos un bol grande con agua con abundante sal, unas 3 cucharadas, introducimos las berenjenas en este agua durante 15 minutos para quitar el amargor que pudiera tener la carne de la berenjena.
2. Lavamos los trozos de berenjena y los secamos con papel absorbente.
Vaciamos con mucho cuidado cada mitad. Lo mejor es hacerlo con una cucharilla pequeña o un cuchillo dejando un poco de pulpa rodeando la piel. Así se mantendrá firme en el posterior horneado y además de ricas nos quedarán bonitas. El hueco deberá ser lo justo como para tener un buen espacio que podamos rellenar luego.
3. En una cacerola grande ponemos agua a hervir con un poco de sal. Cuando el agua hierva, añadimos las berenjenas. Cuando el agua retome la ebullición, las tapamos y dejamos unos 5 minutos o hasta que la carne de la berenjena esté tierna.
Una vez tengamos las berenjenas en su punto hacemos un poco de hueco para poder rellenarlas. Las vaciamos con una cuchara de postre o un vaciador de manzanas. Raspamos con sumo cuidado para no estropear demasiado la hortaliza y siempre dejando por lo menos un dedo de berenjena. Tiene que quedar con bastante pulpa.
4. Picamos muy fina la berenjena que hemos sacado y la juntamos con el relleno de la carne, muy bien para que junten los sabores. Reservamos la mezcla en un plato para el posterior relleno.
Horneado y presentación:
1. Precalentar el horno a 180ºC en gratinado. Untamos una fuente grande de horno con un poco de mantequilla y ponemos encima las berenjenas. Rellenamos las berenjenas con la mezcla que tenemos reservada y ponemos por encima de la carne un poco de queso para gratinar.
2. Introducimos las berenjenas en el horno y las dejamos, a 200ºC en posición gratinado. Las dejamos hasta que el queso adquiera un tono dorado oscuro o marrón. Servimos recién salidas del horno.
Las lentejas con chorizo son una preparación culinaria estofada tradicional originaria de la provincia de Ávila. La popularidad del plato se extendió a lo largo de toda la cocina española con diversas variantes cárnicas procedentes de la matanza (magro de jamón y morcilla) a lo largo del siglo XIX y XX.? Es un plato de invierno, de fácil elaboración, que se sirve fundamentalmente caliente. Como todas las legumbres tienen un alto valor nutricional.
Lentejas caseras con chorizo.
500 g. de lentejas pardinas extra, 4 zanahorias grandes, 2 dientes de ajo, 2 cebollas grandes, 1 hoja de laurel, 1 cucharada de pimentón de la Vera (dulce) o picante, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1 pimiento verde, 2 tomates grandes, 1 hueso de caña, 2 chorizos, 1 morcilla (opcional) y 1/4 hueso de jamón. El agua necesaria para hacer las lentejas y rehidratarlas 7 g. de sal (una cucharadita más o menos) 2 g. de pimienta negra recién molida (opcional y al gusto de casa)
Antes de cocinar las lentejas:
1. Uno de los pasos importantes es la elección de las lentejas. La lenteja pardina extra, variedad muy común, no necesitan remojo previo a su cocción, aunque haciéndolo se ahorra tiempo de cocción. Echamos las lentejas en un bol con agua fría y las dejamos en remojo durante la noche, normalmente 12 horas. No es necesario echar sal a la hora del remojo. Si por cualquier razón no tuvieses tiempo las puedes hacer directamente. Siempre que sean pardinas y no te olvides de lavarlas para quitar impurezas. Únicamente recuerda cocerlas durante 1/2 hora más.
2. Al día siguiente, retiramos las lentejas que estén flotando en el agua, suelen ser no aptas para preparar el guiso. Las escurrimos y apartamos hasta el momento de prepararlas.
Preparación de las lentejas:
1. Picamos la cebolla, el ajo y el pimiento en trozos muy pequeños para que se vayan deshaciendo en la cocción, casi no notaremos textura de ninguno de los ingredientes pero sí su sabor. Como el ajo a muchas personas no les gusta encontrarlo en el plato, podéis echarlo entero y retirarlo a mitad de la cocción.
2. Pelamos las zanahorias y los tomates, si no queréis pelar el tomate tampoco pasa nada, aunque si que encontrareis algún resto de piel. Mucha gente suele picar la zanahoria para que no quede dura en la cocción. Depende del gusto de cada uno pero os puedo asegurar que en una hora y media queda perfecta, en mi caso me gusta cortarla en láminas finas si las zanahorias son delgadas y en cuartos si son grandes. Troceamos los tomates en 2 partes.
3. En una cazuela, echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, las cebollas y los dientes de ajo. Sofreímos todo durante 10 minutos para que se mezclen bien los sabores.
Añadimos el pimiento, el tomate, las zanahorias y la hoja de laurel. Sofreímos también durante 2-3 minutos. Añadimos los huesos (jamón y caña) y una cucharada generosa de pimentón de la Vera. Con una cucharada tipo postre es suficiente, demasiada puede llegar a amargar. Si os gusta un toque picante podéis mezclar pimentón dulce y picante al mismo nivel, quedan muy ricas. Removemos con una cuchara de madera rápidamente y echamos las lentejas ya escurridas y reservadas. Removemos otra vez para que se junte todo bien. (3 minutos).
Cocción tradicional o con olla expréss:
1. Cubrimos con agua fría (importante, para que comience a hervir lentamente) hasta que quede la cazuela casi llena. Recordad que tenemos que añadir más ingredientes. Si las quieres más espesas pon un poco menos de agua. Luego siempre puedes rectificar con agua caliente (para no romper la cocción).
2. Dejamos que empiecen a hervir y espumamos durante unos minutos. Retiramos la espuma que normalmente contiene impurezas, parte de los restos de la carne. Cuando lleve 1/2 hora cociendo le añadimos sal y pimienta al gusto. Es importante probar el caldo ya que hemos echado jamón y pueden quedar saladas.
3. Añadimos 2 chorizos y una morcilla (se puede poner panceta o tocino, le dan buen sabor). Dejamos que se cocinen lentamente a temperatura media durante la siguiente media hora removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
4. A continuación retiramos los chorizos, la morcilla y los huesos para que queden menos pesadas. La última media hora cocinamos las lentejas a fuego lento probando de vez en cuando por si no necesitan más cocción. Otra opción es hacerlas en la olla expréss. Aunque me gustan más a cocción lenta alguna que otra vez las he hecho así, depende del tiempo que tengas.
5. Cocinaremos unos 12 minutos si es una olla expréss, o 25 minutos si es normal. Podemos abrirla 5 minutos antes del tiempo (reposando antes de abrirla) para ver cómo están. Y si es necesario cerrad y seguid la cocción. Para emplatar lo mejor es un plato hondo con el guiso de lentejas y el chorizo encima en rodajas. A mí me gusta la zanahoria entera pero la podéis trocear.
Consejos para unas lentejas perfectas:
1. Lo ideal es remojar en agua las lentejas al menos una hora antes de prepararlas tal como comento al principio de la receta, ahorraremos tiempo en la cocción. Aunque si no tenéis tiempo se pueden emplear lenteja pardina directamente a la cazuela sin remojo, aunque la cocción será más larga.
2. La cantidad de agua es clave, pues las lentejas absorben mucho líquido, por lo que hay que poner una buena cantidad de agua. Que cubran bien toda la superficie, por lo menos 2 dedos. Si las hacéis en olla expréss, por 1 parte de lentejas, 3 partes de agua, y si la hacéis de forma tradicional, en cazuela, como se evapora más (aunque hayáis hecho remojo previo), con 1 parte o proporción de lentejas, 5 partes de agua. Así os quedarán perfectas.
3. Si quieres evitar toda la grasa del chorizo en la receta, puede cocerlo previamente (con la morcilla también) y cuando esté cocido añadirlo al guiso al final de la cocción de las lentejas.
Os daréis cuenta que cuando las lentejas están a tope de cocción sueltan espuma, lo mejor es retirar con una cuchara esa espuma que se empieza a formar en la superficie.
Un cocido es un guiso hecho en una olla con agua, en la que se cuecen juntos carnes (de cerdo, vaca, gallina o carnero), embutidos, verduras (como la col, el nabo, la chirivía), patatas o zanahorias, legumbres (garbanzos, alubias) y otros aditamentos, a los que a veces se añaden algunos elementos fritos en el momento de servir. El cocido ha inspirado coplas, libros y hasta una ópera. Por toda la geografía española encontramos cocidos en múltiples variantes, el cocido gallego, el vasco, la escudella catalana, el pote asturiano, el cocido montañés, la olla podrida, el puchero canario, el puchero andaluz con su pringa, el cocido Maragato, la olla gitana de Murcia... hoy nos ocupamos del cocido madrileño.
Cocido madrileño tradicional.
1 puñado de garbanzos por cada comensal, Fideo mediano (al gusto), 1 puñado pequeño por persona, 2 puerros, 1 nabo, 3 zanahorias grandes, 6 patatas medianas (1 por persona), 1 calabacín, 1 repollo y 3 dientes de ajo (para rehogar el repollo), 1/2 Kg de morcillo de ternera, 1/4 Kg de costillas de cerdo, 250 g de tocino blanco o entreverado de cerdo, 1/4 de pollo (muslo y contra muslo), 1/2 pechuga de pollo, 200 g o 1 punta de jamón, 1 hueso de jamón, 1 hueso de caña, 1 hueso de rodilla, 4 chorizos y Aceite de oliva virgen extra y sal (al gusto).
Antes de empezar con el cocido:
1. Suelo preparar el cocido el día antes porque prefiero desgrasar bien el caldo. Es opcional y un consejo para evitar que quede muy fuerte. Es muy fácil, sólo tenemos que enfriar toda una noche, en la nevera para que no se estropee el caldo. Al día siguiente se puede quitar fácilmente la grasa de la superficie con una cuchara.
2. Una vez aclarado este punto (totalmente opcional), vamos con los garbanzos. La noche anterior poner los garbanzos en remojo con un puñado de sal gorda y agua templada. Con respecto a la temperatura del agua, tradicionalmente se dice que los garbanzos deben de entrar en contacto con el agua.
Cubrimos de agua templada y los dejamos a temperatura ambiente, jamás en la nevera.
3. Al día siguiente colamos los garbanzos y reservamos.
Preparación del cocido madrileño:
1. En la olla express metemos el calabacín (lavado y sin pelar), el nabo pelado y los puerros lavados y en trozos. Añadimos también la carne (a excepción de los chorizos y morcilla) y los huesos. En unas bolsas de rejilla, añadimos los garbanzos, estas bolsitas están en cualquier ferretería o tiendas de menaje, esto es por presentación, limpieza y comodidad. Así no se esconden huesecillos entre los mismos, ni se estropean al recogerlos. Introducimos las bolsas con los garbanzos bien cerradas en la olla.
2. En otra cazuela cocemos los chorizos (pinchándolos anteriormente) y la morcilla. En 15 minutos estarán listos, así evitamos la grasa que suelta, que no suele ser agradable. Reservamos.
3. Vertemos agua en la olla hasta cubrir todos los ingredientes. Tapamos la olla y la ponemos a potencia máxima hasta que empieza a hervir, momento en el que lo bajamos a temperatura media.
Pelamos las zanahorias y las patatas. Reservamos.
4. Pasada una hora de haber arrancado la olla rápida a hervir, la retiramos del fuego. Cuando podamos abrirla, añadimos las zanahorias. Volvemos a cerrar la olla y la ponemos a cocer de nuevo.
Preparación final y presentación:
1. Preparamos el repollo. Deshojamos el repollo y lo lavamos. Lo ponemos a cocer en una cacerola con agua y un poco de sal. Lo dejamos cocer 1 hora a fuego medio/alto. Una vez cocido lo colamos. En una sartén añadimos un chorrito de aceite de oliva y picamos los dientes de ajo.
Dejamos que se doren e incorporamos el repollo para rehogarlo todo junto durante 15 minutos aproximadamente, a fuego lento. Una vez listo, añadimos un poco de sal al gusto.
Yo nunca cocino el repollo con el resto de ingredientes. No me gusta que esta verdura se haga la protagonista del sabor de la receta. Tal y como os indico en el paso a paso, el repollo lo cuezo y lo rehogo por separado. Si el repollo no es de vuestro agrado, podéis sustituir este ingrediente por unas judías verdes que, cocidas y rehogadas con ajo, son una combinación perfecta para acompañar este espectacular plato.
2. Después de haber agregado las zanahorias y pasado 5 minutos de cocción retiramos la olla expréss y cuando podamos la abrimos para añadir la patata que cocerá 12 minutos más con el resto de ingredientes. Lo justo para que queden en su punto.
3. Si al abrir, el caldo está muy concentrado (muy rojo por el pimentón que suelta el chorizo). Podéis retirar y guardar un poco y añadir algo de agua a la olla. El caldo que retiréis, luego lo volvéis a añadir a la sopa.
Sopa del cocido:
1. Con el caldo colado y desgrasado, probamos de sal (normalmente no hace falta añadir nada) preparamos la sopa. Añadimos los fideos y hervimos los minutos indicados en el paquete.
2. Servimos el cocido madrileño en 2 o 3 vuelcos, como lo hagáis normalmente en casa. Por un lado servimos de primero la sopa bien caliente, al gusto de fideos para cada comensal. Y en varias fuentes, una con las verduras y los garbanzos, y otra con las carnes y embutidos.
3. En casa nos encanta mezclar el tocino con los garbanzos y hacer como una especie de pasta estilo ropa vieja, que está buenísima. Pero aquí como en la mayoría de los cocidos no hay norma exacta. Al gusto de tu casa.
Consejos para un cocido perfecto:
1. Nosotros en casa lo comemos todo mezclado. La sopa siempre primero y luego todo al centro para añadir al plato, carne, garbanzos y verduras. Pero en cada hogar tienen sus costumbres.
2. El cocido madrileño se sirve en la mesa. En una fuente tendremos la carne con los garbanzos, en otro la sopa y en otro la verdura con las patatas y zanahorias. Para acompañar la carne, la verdura y los garbanzos un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra, le dará el toque perfecto.
3. Con los restos se pueden hacer croquetas de cocido, ropavieja, etc, un éxito asegurado.
El espagueti (del italiano, spaghetti, en singular, spaghetto) es un tipo de pasta italiana elaborada con harina de grano duro y agua. Tiene forma de delgada cuerda larga, sección circular y un tamaño aproximado entre 25 y 30 centímetros. Se trata de uno de los ingredientes más representativos de la gastronomía italiana, cuya popularidad trasciende a otros países. Carbonara: plato originario del Lacio cuya receta original incluye yema de huevo, queso pecorino romano, guanciale y pimienta negra.
Espaguetis con salsa carbonara (modo italiano con huevo).
400 g. de spaguettis Garofalo (Pasta larga Spaguetti í figliata), 50 ml de aceite de oliva virgen extra, 4 huevos (de los cuales empleamos 3 yemas y uno entero), 100 g. de queso Pecorino (también vale el Parmesano o Parmigiano Reggiano), 200 g. de guanciale italiano o papada (o panceta) curada de cerdo, 1/2 vaso de agua de la cocción de la pasta, 5 g. de sal fina (o al gusto de cada casa), 5 g. de pimienta negra recién molida.
Preparación de la salsa carbonara:
1. Cortamos la panceta de cerdo o papada salada (guanciale) en dados o tiras gruesas y los ponemos en la sartén.
Sofreímos en una sartén durante 5 minutos sin añadir aceite, la panceta va a soltar grasa que vamos a emplear para la mantecatura después. Reservamos en la misma sartén.
2. Separamos la yema de la clara de uno de los huevos que vamos a emplear (la clara no la tiréis, guardadla en la nevera, la podéis emplear en otras recetas). En un bol mezclamos el resto de los huevos enteros con esta yema.
3. Rallamos el parmigiano y lo añadimos al mismo bol con una pizca de sal.
4. A continuación empezaremos con la mantecatura o cómo mantecar la salsa. Mientras la preparamos, lo normal es que estemos cociendo la pasta, tal como os explico más adelante. Debemos reservar medio vaso aproximadamente del agua de cocer la pasta antes de escurrirla y utilizarla en la preparación de esta salsa carbonara.
Al hervir la pasta el agua se enturbia del almidón que sueltan los espaguetis y comienza a tener una textura más densa. Es un caldo magnífico para añadir cuando quieres ligar un poco más las salsas y conseguir una deliciosa untuosidad en un buen plato de espaguetis.
Si cocemos pasta para más de 4 personas conseguiremos más cantidad de almidón en el agua y por tanto la salsa quedará más espesa. Para la mantecatura de los espaguetis, con medio vaso de agua de la cocción nos llega de sobra.
Mantecamos en la sartén rehogando la panceta, con un poco de aceite de oliva virgen extra y el agua de cocción. Añadimos los ingredientes de la sartén al bol con los huevos y removemos todo con una cuchara de madera.
Mezclamos todos los sabores bien y espolvoreamos con pimienta negra recién molida en cantidad.
Preparación de los espaguetis:
1. El primer paso es tener el sofrito de ingredientes ya preparado antes de que la pasta toque el agua. La salsa siempre debe esperar a los espaguetis y no al revés. Calentamos en una cazuela un litro de agua por cada 100 g de pasta, es la medida recomendada por persona, excepto si tenemos apasionados/as por los espaguetis en casa.
Estas proporciones, que normalmente vienen indicadas en los envases, ayudan a que la pasta no se pegue entre ella. Y siempre intenta utilizar una cazuela grande, la mayor de tu cocina.
2. Cuando empiece a hervir a borbotones echamos 1 puñado generoso de sal, unas 2 cucharadas rasas por cada 500 gramos de pasta. Seguidamente añadimos la pasta, siempre toda junta. Removemos con una cuchara de madera para que los espaguetis no se peguen y queden sueltos.
En el reverso del paquete de pasta viene el tiempo de cocción, debemos guiarnos por estas instrucciones porque para cada tipo es distinto, en este caso son 11 minutos. Así conseguiremos lo que se llama pasta al dente o en su punto justo. Es decir, que no se pase, aunque un gran consejo es probarla casi al final.
Presentación de los espaguetis a la carbonara:
1. Una vez transcurrido el tiempo la escurrimos inmediatamente y la juntamos con la salsa. Es importante, que al escurrir no debemos lavar la pasta en agua fría, porque cuando la cocción de la pasta se detiene del todo la capa exterior del espagueti se vuelve a cerrar y perderemos la posibilidad de esa integración entre pasta y salsa. Sino lo que tendremos es simplemente un acompañamiento, por ejemplo en una ensalada de pasta es aconsejable hacerlo pero no en esta receta.
2. Añadimos los espaguetis recién hechos a la salsa y mezclamos todo con una cuchara para que se junten bien los sabores. Opcionalmente decoramos cada plato con más pimienta negra molida, siempre al gusto. Desde luego es un plato sencillo y rápido de hacer, simplemente delicioso.
El pollo asado, rostizado, en brasas o a la brasa es un plato genérico elaborado con un pollo expuesto directamente al fuego, que puede elaborarse en casa o provenir de un asadero profesional rotatorio. Por regla general el asado del pollo se va haciendo con la propia grasa y jugos del mismo que circulan por la carne durante la operación de asado, es por esta razón que se debe colocar expuesto al fuego de tal forma que pueda moverse o girar y que la circulación de estas grasas y jugos sea lo más eficiente posible, los asadores rotatorios emplean este concepto de forma muy eficaz. El pollo asado es un plato global que aparece en todas las culturas cocinado, o acompañado de diferentes formas.
Pollo asado al horno.
1 pollo de corral (de unos 1.600 g. aproximadamente), 1 limón, 60 ml. aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada sopera de tomillo seco, 3 dientes de ajo, Sal y pimienta negra recién molida (al gusto de cada casa), 4 patatas medianas (una por persona), Opcional (para acompañar) una ensalada de unos buenos tomates con un aliño de aceite de oliva virgen extra, orégano, sal en escamas y un poquito de vinagre.
Preparar el pollo y la guarnición:
1. Lo primero que hacemos es limpiar el pollo de posibles restos de grasa y vísceras que pueda tener. Pondremos especial cuidado en retirar las plumitas que le puedan haber quedado. El pollo tiene que entrar bien seco al horno para que en el proceso de horneado no comience cociéndose, lo que queremos es que se haga bien horneado.
2. En un mortero machacamos la pimienta negra y la sal. Con esta mezcla untamos bien el pollo por todas partes, tanto por dentro como por fuera. Cortamos el limón por la mitad y exprimimos un poco de su jugo por encima y dentro del pollo. Reservamos el resto del limón.
3. En un vaso mezclamos el aceite con el tomillo. Con la ayuda de un pincel de cocina pintamos el pollo con la mezcla por dentro y por fuera. Reservamos el aceite de oliva virgen extra sobrante.
4. Colocamos el pollo en la bandeja de horneado y metemos las mitades de limones en su interior. Añadimos también los dientes de ajo pelados y aplastados dentro del pollo.
5. Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas y las repartimos por la bandeja. Regamos tanto el pollo como las patatas con el aceite con tomillo sobrante.
Horneado y presentación final:
1. Con el horno previamente caliente a 190º C horneamos durante 1 hora y 15 minutos. Lo mejor es que lo hagáis en la bandeja del medio con temperatura arriba-abajo y aire. Tened cuidado porque cada horno es un mundo y el tuyo puede necesitar variar la temperatura. Lo mejor es tapar el pollo con papel de aluminio a media cocción, es decir, cuando el pollo lleve 30 minutos aproximadamente.
Los últimos 15 minutos lo quitamos para tostar la piel y que quede súper crujiente. Antes de servir el pollo lo dejamos reposar fuera del horno tapado de nuevo con el papel de aluminio con el que lo hemos tapado en el horno.
2. Trinchamos el pollo con un buen cuchillo. Muy sencillo, en seis piezas. Primero, los dos cuartos traseros (muslo y contramuslo) hasta llegar a la unión de esta pieza con la carcasa, después, las dos alas, y finalmente, las pechugas.
Para esta operación, se busca el esternón y se desliza el cuchillo rebañando toda la carne y despegándola del costillar. Primero una y luego la otra. Y con lo que queda, siempre habrá carne suficiente en la carcasa para unas buenas croquetas de pollo.
3. Lo servimos acompañado de las patatas asadas y un poco de ensalada. A mí me encanta con tomate crudo, aceite de oliva virgen extra y un toque de sal y orégano.
Consejos para un pollo asado perfecto:
Y es que no sólo es meterlo en el horno y esperar como hace la mayoría. Para que quede un buen pollo asado, de corteza crujiente y jugosas pechugas sólo tenéis que tener en cuenta unos pocos trucos y os quedará un asado realmente perfecto.
1. ¿Os gusta el sabor en vuestras recetas?, el aderezo es importante. Sal, tomillo, el sabor del ajo y la pimienta negra es suficiente para que el pollo quede en su punto. Es importante salpimentar también el interior, porque ese aderezo irá directamente a la carne, especialmente a la pechuga. Una solución perfecta es untarlo con un poco de aceite de oliva virgen extra, lo mezclamos con agua y las especias que más os gusten y untamos por todas partes (dentro y fuera). Y por último que repose unas horas antes de entrar al horno.
2. ¿Qué pollo debemos emplear? Os recomiendo un pollo de corral.
3. ¿Un limón en el interior? El viejo truco de las abuelas sí funciona. También os aconsejo colocar una cebolla cortada en 2 mitades, no sólo aporta sabor y humedad, también quedará deliciosa luego como acompañamiento.
La marmita de bacalao (conocido también como marmite o sorropotón en Asturias y Cantabria, marmitako en el País Vasco y marmite en Francia) es un plato basado en distintos pescados (bonito, bacalao, merluza, salmón, etc), cuyo origen se encuentra en el guiso de pescado que en los barcos atuneros del Cantábrico comían los pescadores asturianos, cántabros y vascos. Se trata de un puchero del pescado con patatas, cebolla, pimiento y tomate, principalmente. En algunos lugares se sirve caliente en una cazuela de barro.
Marmitako de bacalao.
2 piezas de lomos de bacalao limpios sin espinas, 2 piezas de pimiento rojo, 2 piezas de pimiento verde, 3 piezas de patatas grandes, 1 litro de caldo de pescado, 1 pieza de cebolla dulce, 2 dientes de ajo, 400 mililitros de tomate a trozos sin piel, 2 hojas de laurel, 2 cucharaditas de pimentón de la vera o dulce, 1 chorro de aceite de oliva virgen extra (para sofreír) y punto de sal.
Elaboración del Marmitako de bacalao:
1. Corta los pimientos a cubos medios, chasca las patatas y corta la cebolla y el ajo en láminas. El tomate debe cortarse a trozos sin piel.
2. En una cazuela honda añade un chorro de aceite para sofreír la cebolla y el ajo. Pasados dos minutos, añade los pimientos, remueve y deja sofreír a fuego medio 5 minutos.
3. Agrega el pimentón primero, remueve y después añade dos hojas de laurel y el tomate.
4. Sin que pase demasiado tiempo, añade las patatas a la cazuela y vierte el caldo de pescado, no bajes el fuego y deja que hierva 20 minutos.
Truco: puedes poner la tapa a la cazuela para que se haga de manera uniforme y no se seque demasiado.
5. Cuando hayan transcurrido 20 minutos de cocción, añade los lomos de bacalao cortado en trozos anchos. A continuación, tapa y deja que siga cociendo por unos 12 minutos a fuego bajo esta vez.
6. Una vez tengas este plato ya estofado, sirve caliente a la mesa, aunque este tipo de guisos gana en sabor si reposa un buen rato. Puedes picar perejil fresco y añadirlo por encima al servir.
El codillo de cerdo es un plato que ocupa un lugar destacado en la gastronomía europea. Cada país le ha dado su toque personal, aunque de las muchas cosas que los alemanes han perfeccionado, el asado de cerdo ocupa un lugar destacado. Y la clave de su técnica es, por supuesto, la corteza de la piel que queda increíblemente crujiente. Un trozo de carne de cerdo con hueso, irresistiblemente tierna y jugosa, envuelta en una crujiente piel, eso es el Schweinshaxe, este codillo de cerdo alemán asado a fuego lento en una salsa de cerveza con mucho sabor, como ocurre con otras recetas como los muslos de pollo en salsa de cerveza, el estofado de carne con cerveza o las manitas de cerdo en salsa. No tenemos por qué hacer la receta 100% alemana, pero sí tomar de ella la técnica para conseguir esta jugosidad con esa corteza. Cocinado con cerveza y sumado al propio jugo de la grasa del cerdo, queda una salsa para mojar pan y chuparse los dedos. Podemos añadirle algunas verduras para añadir más sabor o las hierbas aromáticas que más nos gusten.
Codillo de cerdo al horno.
2 codillos de cerdo salmuerados, 1 cebolla, 4 dientes de ajo, 1 zanahoria, 330 ml. de cerveza, Romero fresco, Sal, Pimienta negra molida, Aceite de oliva virgen extra y Patatas para la guarnición.
Elaboración paso a paso:
1. Cocemos los codillos en una olla exprés durante 20 minutos desde que suba la válvula.
Terminado el tiempo de cocción, sacamos los codillos, extendemos la piel y la clavamos con ayuda de unos pinchos para que no forme pliegues y así se horneen uniformemente.
2. Los colocamos sobre una fuente de horno en la que echamos la zanahoria cortada en rodajas, la cebolla, los ajos, la ramita de romero y vertemos la cerveza y 200 ml del agua de la cocción de los codillos, hornear con el horno precalentado a 150ºC durante 4 horas. De vez en cuando regaremos los codillos con la salsa y les daremos la vuelta.
3. Después de las 4 horas de horneado, sacamos la bandeja, cogemos los codillos y los llevamos a otra bandeja sin nada de salsa ni verduras y volvemos a meter en el horno a 200ºC durante 50 minutos hasta conseguir una corteza crujiente.
4. Mientras tanto batimos la salsa y la colamos para que quede fina y preparamos unas patatas fritas como guarnición.
Consejos para un codillo perfecto:
1. Para conseguir una corteza crujiente la clave es dejar el codillo de cerdo crudo destapado en la nevera durante toda la noche para que la piel se seque. Pinchar la piel por todas partes con un cuchillo pequeño y afilado o con un pincho de cocina, de este modo quedará esa piel burbujeante y crujiente en lugar de una lámina dura y plana. Fuego alto, ¡siempre! Y para que la piel estirada y plana utilizaremos pinchos. ¡Esta es la clave que marca el cambio! Sin los pinchos, la piel se encoge al asarse. Esto crea grietas y pliegues, lo que provoca un mal chisporroteo.
2. Cocina el codillo a baja temperatura y durante un tiempo prolongado, permitiendo que la carne se cocine lentamente y se mantenga jugosa y tierna.
3. Riega el codillo con sus propios jugos durante la cocción para mantener la humedad y potenciar el sabor.
La lasaña (en italiano, lasagna) es un tipo de pasta. Se suele servir en láminas superpuestas intercaladas con capas de ingredientes al gusto, más frecuentemente carne (ragú) en salsa boloñesa y bechamel. Su origen es italiano y el plato preparado usualmente con carne suele llamarse lasaña al horno. La lasaña al horno también se puede hacer con verduras (espinacas, zanahoria berenjenas, etc.) o pescados. Se termina con bechamel y abundante queso rallado para gratinarla en el horno. Receta de origen italiano pero extendida a nivel mundial.
Lasaña de carne casera.
Para el relleno (boloñesa de carne):
500 g. de carne (una mezcla de cerdo y ternera),
2 pimientos rojos,
2 zanahorias,
2 dientes de ajo,
150 g. de bacón o panceta,
2 cebollas grandes,
250 g. de tomate natural (1 vaso aproximadamente),
250 ml de vino blanco,
100 ml. de aceite de oliva virgen extra,
1 cucharita colmada de orégano seco (o hierbas provenzales),
Sal y pimienta negra recién molida.
Para la lasaña:
12 láminas de lasaña o lasagna Garofalo.
Para hacer la bechamel (un litro):
125 g de harina de trigo normal,
125 g de mantequilla,
1 litro de leche entera,
Una pizca de nuez moscada (unos 4 g.),
Sal y pimienta negra recién molida.
Para finalizar y gratinar la lasaña:
100-120 g. de queso rallado Grana Padano (o mezcla con vuestro queso preferido para gratinar)
Preparación de la pasta:
1. Calentamos una cazuela grande de agua, la más ancha de casa. Cuando empiece a hervir echamos 2 puñados generosos de sal.
2. Introducir las láminas de lasaña una a una sin que se toquen (para que no se peguen entre ellas). Ahora existen láminas que no necesitan hidratarlas, se hidratan con la bechamel y el jugo que suelta la salsa al hornear.
3. Si lo hacéis de la manera tradicional tenemos que remover con una cuchara de madera y en unos 10 minutos sacamos las láminas. Las estiramos encima de unas hojas de papel absorbente de cocina. Aunque os parezca que no están, acabarán haciéndose en el horno.
4. El siguiente paso será lavar muy bien todas las verduras que vamos a emplear en el relleno. En la receta os aconsejo el relleno de la clásica salsa boloñesa, zanahorias, ajo, pimientos y cebolla.
¿Cómo hacer el relleno de carne?:
1. Cortamos las verduras en trocitos pequeños para que se junten bien en la salsa. Las zanahorias las cortamos lo más fino posible. Os recomiendo laminarlas con el pelador de las patatas porque a la hora de pocharlas si las tiras son gruesas no se hacen. Reservamos todo en un bol.
2.En otra cazuela echamos aceite de oliva virgen extra. Empezamos introduciendo pochando la cebolla y el ajo, cuando está doradita, añadimos el resto de ingredientes.
3. Sofreímos todo a temperatura media durante unos 15 minutos y esperamos por la carne. Salpimentamos la carne al gusto y la echamos a la cazuela con la verdura. Dejamos que se pase durante 5 minutos y cuando veamos que va cambiando de color introducimos el bacón o panceta en trozos muy pequeños. Vertemos un vaso de vino blanco y esperamos a que reduzca (otros 5 minutos a fuego medio).
4. Añadimos un vaso de tomate natural, echamos la cucharadita de orégano y rectificamos de sal y pimienta si hiciese falta (probad la salsa para ver si está a vuestro gusto). Removemos la carne con las verduras y retiramos del fuego, dejamos enfriar un poco.
5. Precalentamos el horno a 200º C durante 15 minutos, lo justo para hacer el resto de la lasaña.
Salsa bechamel y final de la receta:
1. Mientras reposa la salsa vamos a preparar la bechamel, la podemos preparar más cremosa o más consistente dependiendo de las medidas.
2. Para montar la lasaña la cosa es muy sencilla. Ponemos en el fondo de la fuente unas cucharadas de la bechamel. Encima las láminas, una capa de la mezcla con la carne en cada lámina, otra vez la bechamel y así hasta tener 3 pisos.
Se pueden hacer las capas de lasaña que quieras, bueno las que te permita la fuente. Finalmente rematamos con una capa generosa de bechamel. Y para aquellos que le guste el queso, rallamos aquel que más os guste, que sea especial para gratinar. Os recomiendo un queso curadito Grana Padano.
3. Horneamos en la bandeja del medio durante 15 minutos a 180º C y durante 3-5 minutos en la parte superior con el gratinador puesto para que se dore. Lista para comer, no hace falta reposo, del horno a la mesa.
4. Esta receta además de ser económica es una receta saludable, llena de proteínas e hidratos sirve como plato único, espero que os guste.
5. El relleno de esta lasaña es la clásica salsa boloñesa. Aunque se pueden añadir otros ingredientes, un poquito de apio, unos espárragos trigueros o unas berenjenas le van perfectas. Imaginación y haréis una lasaña insuperable.
Las carrilleras o carrilladas al vino tinto son un plato que, para muchos, constituye toda una delicia. Y es que esta carne forma parte de una de las zonas magras de la vaca o el cerdo que es extraída de los músculos maseteros (o mofletes). Pertenece a lo comúnmente llamado casquería y a día de hoy suele ser una de las partes que más se demandan en las carnicerías. Para esta receta vamos a elaborar un guisado en salsa de vino tinto y para ello vamos a utilizar la olla exprés, lo que agilizará el proceso. Pueden elaborarse por el método tradicional, pero lo cierto es que tardaremos más. Esta parte del cerdo o de la vaca es considerablemente dura y por eso es apta para el guisado. Si por el contrario las freímos, haremos que nuestra carne se endurezca aún más.
carrilleras de cerdo en olla exprés
8 carrilleras de cerdo,
1 cebolla,
1 zanahoria,
3 dientes de ajo,
300 ml. de vino tinto,
Harina,
Pimienta negra recién molida (al gusto de casa),
1 pizca de tomillo seco,
Perejil fresco,
1 pizca de romero seco,
Sal (al gusto de cada casa) y
120 ml. de aceite de oliva virgen extra.
Para acompañar: Patatas fritas o puré de patatas
Preparar las carrilleras:
1. Para hacer nuestras carrilleras de cerdo, comenzaremos por preparar los distintos ingredientes. Para ello, dejaremos todo lo que vamos a necesitar encima de la encimera o de una mesa. A continuación, echaremos sal y pimienta a las carrilleras y después las enharinaremos. La sal y la pimienta será al gusto y en cuanto a la harina, es necesaria para sellar de forma correcta la carne.
2. Para sellarlas, agregaremos un buen chorro de aceite en nuestra olla exprés, y pondremos el fuego al máximo. Seguidamente añadiremos las carrilleras para dejar que se sellen por todas las caras durante unos minutos. Una vez se hayan sellado de forma correcta, reservamos.
Hacer la salsa y cocción en olla express:
1. El siguiente paso será pochar todas nuestras verduras. No será necesario echar más aceite, nos valdrá el de la carne. Echaremos los dientes de ajo, la cebolla y la zanahoria previamente picados. Lo cocinaremos a fuego medio durante aproximadamente 10 minutos.
2. Una vez que hemos pochado nuestras verduras, será el momento de agregar el vasito de vino tinto junto con el perejil, el tomillo y el romero, bien picados. Deja que se cocine de 3 a 5 minutos y con el fuego al máximo. Evita dejar de remover para que no se peguen al fondo de la olla. Volvemos a poner las carrilleras en nuestra olla. Cerramos la tapa y dejamos la olla a fuego lento durante aproximadamente 40 minutos.
3. El último paso, y una vez que haya transcurrido ese tiempo, será hacer la salsa. Cuando podamos abrir la olla, retiraremos la carne y las colocaremos en una fuente. Para elaborar la salsa, solo tendremos que pasar el contenido restante de la olla, por la batidora hasta lograr una mezcla espesa y homogénea.
4. El siguiente paso será verter sobre nuestras carrilleras, la salsa que acabamos de elaborar, para que se impregnen lo mejor posible. Acompañamos de unas patatas fritas recién hechas o una cucharada de puré de patata. No os olvidéis de un buen trozo de pan, la salsa de esta receta es grandiosa.
Consejos para unas carrilleras perfectas:
1. Como guarnición, prepararemos unas patatas fritas, un arroz blanco o un puré de patata. La carne estará muy tierna, de manera que se desmenuzará fácilmente y la salsa resultará deliciosa.
2. Buscaremos un buen vino tinto para el maridaje y un pan artesano con mucha miga, para la salsa.
3. Una variante que podéis probar es añadir un par de cucharadas de miel a nuestra salsa. Es un punto dulce que le dará muy buen sabor. Y lo mismo os digo si queréis un toque picante, añadid un par de cayenas en el sofrito y listo.